Esto no acaba aquí.
Las grietas están abiertas, y el eco de “Yo no te creo, hermana Belarra” resuena en toda España.
Estamos el 22 de febrero de 2025 y el escándalo de Juan Carlos Monedero no para de crecer.
“Yo no te creo, hermana Belarra, porque mientes como una bellaca”, podría gritarle cualquiera a Ione Belarra, líder de Podemos, tras saber que Monedero, acusado de acoso sexual, encabezó una manifestación del partido el 29 de octubre de 2023, semanas después de que las denuncias llegaran a la cúpula.
Este lío no solo pone en jaque a Podemos, sino que deja al descubierto el cinismo de una izquierda que presume de feminismo mientras tapa sus vergüenzas.
Como dice Antonio Jiménez en El Debate, “es la gran impostura de una izquierda hipócrita”. Vamos a desgranar este culebrón, con datos frescos de las últimas 48 horas y un toque de análisis.
El día que Monedero desfiló como si nada
Rewind al 29 de octubre de 2023. Monedero marcha en Madrid, sosteniendo una pancarta morada en apoyo a Palestina, rodeado de Irene Montero y Belarra.
Según Okdiario, esto pasa semanas después de que el 12 de septiembre la Secretaría de Feminismos reciba un correo denunciando sus “tocamientos no consentidos”.
Podemos dice que lo apartó “inmediatamente”, pero ahí está, en primera fila, como estrella del show.
El Mundo revela que el partido morado sentó al ‘baboso’ con la plana mayor en otro acto el 16 de septiembre.
¿Apartado? Más bien promocionado.
Belarra insiste en que respetaron el anonimato de las víctimas.
“Las víctimas nos pidieron discreción”, dice en declaraciones del viernes en el Congreso.
Pero mantener a Monedero en el candelero no suena a discreción, sino a encubrimiento.
Y no es un caso aislado: el tipo siguió en chats del Consejo Ciudadano hasta diciembre, según pantallazos de La Sexta, tan sanchista y proclive a justificar lo injustificable si hay progres por medio.
Alguien miente, y no parece ser el correo.
De la facultad a la calle
El escándalo no se queda en Podemos.
En la Universidad Complutense, donde Monedero es profesor, las alumnas lo tienen claro.
ABC publica este sábado que lo llaman “extremadamente cariñoso” y que sus tutorías son “siempre con la puerta abierta” por obligación.
En los baños de la facultad, pintadas lo señalan como “abusador”.
Una estudiante lo ha denunciado por acoso, y la universidad investiga desde el jueves.
No es rumor: es oficial.
Luego está Lola Sánchez, ex eurodiputada de Podemos.
En Artículo 14, cuenta su noche de 2014: “Me acorraló contra la pared y me acercó su miembro”.
“Si salen a la luz todas las mujeres a las que ha puesto una mano encima, vamos a quedar flipados”.
Su relato no es nuevo, pero sí demoledor.
Activistas del partid apuntan a Pablo Iglesias e Irene Montero: “Lo sabían”.
El silencio de la cúpula huele mal.
Doble moral
Antonio Naranjo, en El Debate, lo clava: “Legislan contra todos y se guardan el comodín del prostíbulo y el manoseo”.
Este no es solo el caso Monedero.
Íñigo Errejón, ex de Sumar, cayó por lo mismo.
José Luis Ábalos, del PSOE, anda en líos con prostíbulos.
La izquierda española, que grita “hermana, yo sí te creo”, se tambalea cuando el espejo refleja a sus propios “salidos del montón”.
Podemos, que nació con el 15-M y el feminismo como bandera, se enfrenta a su peor crisis.
El Confidencial dice que las bases están hartas: el partido pierde militantes y credibilidad.
Belarra jura que actuaron rápido, pero Eldiario.es revela que ya en 2016 sabían de un “episodio grave” con Monedero.
Si eso es verdad, llevaban siete años mirando al techo.
El precio para Podemos puede ser mortal: irrelevancia electoral y un desprestigio que no levantan ni con pintura morada.
Los medios y el silencio cómplice
Aquí entra la guinda: los medios de la “Brunete Pedrete”.
El País, La Sexta y otros tardaron tres días en tocar el tema.
Algunos avisaron al PSOE y a Podemos sin publicar nada, para dar tiempo a los perpetradores a salvar los muebles.
Mientras, RTVE sigue en su burbuja: ni un susurro en sus telediarios hasta ayer, cuando ABC ya había destapado todo.
El cinismo no es solo de la izquierda política; también de sus altavoces, que prefieren tapar a destapar cuando el fuego quema en casa.
Esto no es solo un golpe a Podemos.
El PSOE, con sus propios escándalos, y Sumar, tocado por Errejón, ven cómo el relato progresista se desmorona.
La izquierda pierde el monopolio moral que usaba contra la derecha.
VOX y el PP ya aprovechan el filón: “¿Dónde están las del ‘yo sí te creo’?”, preguntó ayer Alicia García, del PP, en el Senado.
El votante desencantado puede darles la espalda en las próximas elecciones. La hipocresía, como el mal vino, se paga caro.
Datos
- La marcha del 29: En la manifestación de octubre, Monedero posó sonriente con Belarra. Nadie diría que estaba “apartado”.
- Pintadas universitarias: Una dice “Monedero, manos quietas”. Otra, más directa: “Abusador fuera”.
- El tuit traidor: El 29 de enero de 2024, Belarra escribió a Monedero: “Es una indecencia lo que hacen. Un abrazo fuerte”. Eso, tres meses después de las denuncias.
- La puerta abierta: Alumnas cuentan que Monedero las abraza sin pedir permiso. Una dijo a ABC: “Es un osito, pero incómodo”.
- Lola sin filtro: Sánchez asegura que en Bruselas temían que Monedero fuera una bomba de relojería. No se equivocaron.